Desde
la llegada al poder del teniente coronel Hugo Chávez Frías en el año 1999, Venezuela se ha ido convirtiendo
paulatinamente en un país controlado casi en su totalidad, y en detrimento de
las grandes mayorías civiles, en una república pretoriana en la que los
militares imponen su voluntad con mucha facilidad. En el marco de un discurso
populista se comenzó a hablar sin tapujos de “unión cívico-militar”, pero la
verdad es que lo que se construyo fue el camino hacia un régimen militarista
con cierto apoyo civil. Un régimen que, al contrario de lo que la mayoría pudiera
pensar, no está a cargo de Nicolás Maduro, sino de un conjunto de actores, en
su mayoría militares, a los cuales llamaremos en este artículo “La Junta Antipatriótica”.
Donde
quiera que uno mire se encuentra con un militar al mando de una institución pública.
Basta fijarse solo en los gobernadores de estado - en su mayoría militantes del
PSUV - para darse cuenta del alto grado de exclusión que sufren los civiles a
la hora de formar parte de la toma de decisiones, y esto es así sin importar si
se es afecto al gobierno u opositor, pues la militancia civil del chavismo ha
sido, como es evidente, excluida también de la toma de decisiones.
Por
si fuese poco, son los militares los encargados de distribuir los pocos alimentos
y medicinas que llegan a los hogares de las familias pobres de Venezuela, tal y
como quedó plasmado en el decreto Nº 11 dictado en el marco de la “emergencia económica”
y en cuyo primer artículo se puede leer lo siguiente:
“La unión cívico militar implica el aprovechamiento de la capacidad
operativa de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en todo el territorio del
país, su organización y disciplina, en actividades y tareas de apoyo al
abastecimiento nacional de productos estratégicos para la garantía de los
derechos a la alimentación y la salud de los venezolanos y las venezolanas, así
como la protección y resguardo de los bienes y servicios afectos a dichas
actividades, en aplicación del principio de corresponsabilidad en la defensa de
la seguridad de la nación fundamentada en el desarrollo nacional integral, en
el cual la Fuerza Armada Nacional Bolivariana debe participar activamente.”
También tienen
los militares participación privilegiada en la explotación de los recursos
mineros, petrolíferos y gasíferos de la república, sin mencionar que son los
militares los dueños de las armas y demás artefactos coercitivos del Estado
venezolano.
Es importante
tener claro todo este panorama para poder entender la complejidad de la actual situación
política por la que atraviesa el país. Nos encontramos en una situación en la
que cualquier paso en falso podría resultar desastroso.
Aquellos
militares que han abandonado el cauce institucional para incursionar en la
rebatiña de Venezuela no entregaran tan fácilmente aquello que han conseguido
en estos últimos 17 años de república milico-populista, es por ello que la presión
pacifica en la calle y la denuncia constante de las transgresiones
constitucionales cometidas por el gobierno, es tan importante en este momento.
El escenario
ha venido cambiando paulatinamente. El juego ahora favorece a las grandes mayorías
en Venezuela, pues la base popular con la que contaba La Junta Antipatriótica se ha ido socavando. El pueblo ha ido
despertando poco a poco de la larga siesta ideológica inducida por la
propaganda del régimen, y a este despertar popular le temen los hacedores de miserias,
los hambreadores del pueblo.
En este
escenario una cosa esta clara: el fin de la república milico-populista esta
cerca. El pueblo ya no apoya a sus verdugos. Es cuestión de tiempo para que los
venezolanos vuelvan a abrir las puertas
hacia el camino de la prosperidad y la verdadera construcción de esa unión cívico-militar
a la cual hacía referencia Rómulo Betancourt, en la que la Fuerza Armada
Nacional se encuentra verdaderamente al servicio del pueblo y subordinada como
es debido a la institucionalidad civil de la República.
A aquellos
militares civilistas, institucionales y profesionales, mi saludo y el respeto
de todo el pueblo, pues ustedes también son parte fundamental en la reconstrucción
de Venezuela