lunes, 15 de agosto de 2016

¿Qué clase de régimen político impera en Venezuela?

El gobierno de Venezuela se ufana de la cantidad de procesos electorales que se han realizado en el país durante los últimos 17 años y utiliza este hecho como un argumento para afirmar que se trata del gobierno más democrático de la historia venezolana. Por otra parte, basándose en el hecho de que el actual gobierno hace un uso abusivo del poder, ha encarcelado a algunos dirigentes políticos y restringe la libertad de expresión, algunos sectores de oposición han señalado que el actual gobierno no es más que una simple dictadura de la cual hay que salir a toda costa.


                Ahora bien, así como los procesos electorales no son exclusivos de las democracias tal y como ha quedado demostrado históricamente, tampoco el abuso de poder es exclusivo de las dictaduras. Existen en la actualidad una serie de regímenes totalitarios que han adoptado características mucho más complejas y a los cuales  hay que observar con detenimiento para poder diagnosticar de qué se tratan en realidad.

Normalmente este tipo de regímenes le otorgan algunos niveles de libertad a la ciudadanía, toleran la disidencia política, realizan elecciones y le permiten ciertas cuotas de poder a la oposición, entre otras características; sin embargo, estos gobiernos hacen uso abusivo de sus atribuciones, intentan controlar la mayoría de los poderes públicos, compiten en elecciones con una clara ventaja a su favor, violan los derechos humanos, el poder militar no está sujeto al cont
rol civil etc. Son los llamados “Autoritarismos Competitivos” denominados así por los profesores de ciencias políticas Steven Levitsky y Lucan A. Way, en su ya famosa obra “Elecciones sin democracia El surgimiento del autoritarismo competitivo” (Levitzky y Way 2002, 2010).

Ahora bien, el lector se preguntará por qué no llamar a este tipo de regímenes simplemente dictaduras. La respuesta es muy sencilla: porque no lo son. Y no lo son por lo siguiente: una dictadura, según la RAE,  es un “Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales” y según el Diccionario de Política “…se refiere al ejercicio del poder estatal, caracterizado por la concentración de facultades extraordinarias en un individuo, grupo de individuos o élite” (Romero y Romero 2005). Como es evidente, la característica distintiva de la dictadura es la concentración del poder absoluto en manos de un individuo o  unos pocos, lo cual quiere decir que no hay medias tintas ni oposición legal.

Las características de los autoritarismos competitivos son las siguientes:

 “…Aunque se den con regularidad elecciones sin fraude, los funcionarios abusan constantemente de los recursos del Estado, no ofrecen a la oposición un cubrimiento adecuado de los medios, persiguen a los candidatos de la oposición y a sus seguidores y, en algunos casos, manipulan los resultados de las elecciones. De igual modo, periodistas, políticos de la oposición y otros críticos del gobierno pueden ser espiados, amenazados, perseguidos o arrestados. También miembros de la oposición pueden ser enviados a prisión, exilados o –con menor frecuencia– incluso asaltados, acosados o asesinados. Regímenes caracterizados por estos abusos no pueden ser llamados democráticos.”. (Estudios Políticos No. 24. Medellín, enero-junio 2004).

Otra razón por la que no debemos llamar a estos regímenes “dictaduras” es porque caer en ese error nos lleva a limitar las formas de lucha política de la oposición. Es casi imposible que un pueblo se libere de una dictadura mediante un proceso de elecciones o referéndum revocatorio; las dictaduras se derrocan, normalmente de forma violenta y con el apoyo de los militares. En cambio, a este tipo de gobiernos se les puede forzar a abandonar el poder mediante mecanismos constitucionales, como elecciones populares. También se les puede presionar mediante el poder legislativo y el judicial o por los medios de comunicación.  

Habiendo entendido lo anterior no cabe duda de que en Venezuela existe en este momento un régimen híbrido que encuadra perfectamente con la definición de Autoritarismo Competitivo. Es obvio que por tratarse de un país latinoamericano éste régimen tiene sus particularidades, algunas de las cuales son las siguientes: por una parte, hay elecciones periódicamente, se permite la disidencia política, hay diversidad de partidos, el gobierno no tiene control absoluto sobre todos los poderes públicos ni sobre todos los medios de comunicación etc. Mientras que por otra parte hay un pretorianismo latente, caudillismo, personalismo, totalitarismo, ventajismo electoral, censura mediática y violación de los derechos humanos y de los derechos fundamentales, entre otras aberraciones.

Como es evidente, en Venezuela no hay democracia, pero tampoco nos enfrentamos auna simple dictadura.